Si tiene un comprador a quien le interesa lo que usted vende, se pone de acuerdo con el precio y firma un contrato en el que establece los plazos de entrega. Pero ¿qué pasaría si el que compra no recibe lo que usted prometió enviarle?
La Argentina ha cumplido parcialmente con el despacho de la cuota Hilton, lo que se ve agravado con el incumplimiento de los plazos de envío cuyo vencimiento es el 30 de este mes. Esta cuota es un cupo de importación que determina cierta cantidad fija de toneladas (28.000 tn-representando un total de U$s 340 millones), conformada por un conjunto de cortes especiales de carne vacuna de calidad a ser exportados al mercado europeo. La Oficina Nacional de Control del Comercio Agropecuario (Oncca) es la que reglamenta su sistema de distribución.
En la apertura de sesiones legislativas de este año, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo ante el Congreso: "Se escribieron editoriales enteros de que no íbamos a cumplir con la cuota Hilton e íbamos a perder mercados internacionales. Quiero darles un dato: en 2009 se cumplió el 99,9 por ciento, la mejor performance de los últimos 8 años".
La Presidenta tendrá pronto un dato que no creo que agregue en sus discursos: será la primera vez que no se cumpla con el 40% de la cuota; no existen restricciones comerciales de parte de países compradores, sino por errores propios. Por estos días, lo exportado es cercano al 55% (15.400 t), por lo que, si se cumple con el 60%, quedarán sin enviar 11.200 toneladas.
¿Cómo ocurrió esto?
La Presidenta emite el decreto 906/09, que establece el marco legal de la cuota Hilton. Luego, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, sin mediar resolución alguna, frena la distribución y prohíbe la exportación de varios de los cortes que habían sido permitidos por la Presidenta a través de dicho decreto. Finalmente, la cuota se distribuyó en marzo, por lo que quedan sólo tres meses para su ejecución y con la mitad de los cortes "prohibidos", lo que torna imposible su cumplimiento.
Desde el Congreso, advertimos esta situación sin ser escuchados. Será difícil explicar que el Estado se perderá de recaudar en concepto de retenciones y beneficios arancelarios alrededor de 50 millones de dólares, lo que representará que nuestros hijos tendrán 30 escuelas menos y 1000 familias continuarán sin hogar.
Además de los perjuicios comerciales, se agrega el cierre de varias plantas frigoríficas con la perdida de empleo de cerca de diez mil empleados de la carne, la pérdida de credibilidad de la Argentina frente al mundo, la cual nos lleva a que nuestros productos, en general, tengan menos valor que los de nuestros competidores de la región (Brasil, Uruguay y Paraguay).
Mientras desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería se intenta avanzar con planes estratégicos, advertimos una vez más la imposibilidad de generar dichas políticas frente al poder descontrolado de funcionarios de turno que cambian a su antojo las reglas de juego, y una Oncca investigada por la Justicia y que debe ser revisada desde el Congreso de la Nación.
Para LA NACION
El autor diputado nacional (Pro-provincia de Buenos Aires) e integrante de la Comisión de Agricultura.
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