Sorpresivamente, en la mañana del viernes los directivos de las seis bolsas de cereales del país se enteraron de que ya no brindarán el servicio de certificación de los contratos de compraventa de granos porque la operación se acababa de convertir en una nueva atribución de la AFIP.
Por el servicio de sellado de los documentos, que avalaban la transparencia y seguridad de la transacción, las bolsas cobraban ingresos que, en algunos casos, sustentaban su existencia.
Según publicó la revista electrónica Punto Biz, que había anticipado la intención oficial semanas atrás, las bolsas de comercio de Santa Fe y las de cereales de Entre Ríos y Córdoba serían las más comprometidas en su continuidad, debido a la centralización oficial de las llamadas obleas que es un golpe a las finanzas de todas las entidades.
Sin embargo, en el caso de la Bolsa de Comercio de Rosario, la actividad representa la parte minoritaria de los ingresos siendo responsable, aproximadamente, de un 30% de ellos.
Reunión de emergencia
Pese a que meses atrás se había rumoreado que existía la posibilidad de que el Gobierno le quitara a las bolsas la atribución de entregar las obleas, nada previno el corto plazo de la implementación de la medida.
Cuando, sin anestesia, las autoridades de las entidades de Buenos Aires, Bahía Blanca, Santa Fe, Rosario, Córdoba y Entre Ríos recibieron llamados de alerta de allegados y colaboradores, o descubrieron por sus propios medios que el rumor ya tenía la contundencia de una resolución publicada en el Boletín Oficial, convocaron a una reunión de emergencia de la que resultó un comunicado políticamente correcto que fija una posición conjunta.
En su comunicado, las entidades repudiaron las declaraciones del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, que en conferencia de prensa el viernes indicó que el nuevo sistema de comercialización será “gratuito, transparente y seguro, destinado a mejorar y beneficiar la actividad de los productores y acopiadores”.
Por su parte, las entidades aclararon que las bolsas, “en todo momento” prestaron el servicio de oblea a los compradores “con diligencia y equilibrio, en forma gratuita y sin ejercer ningún tipo de discriminación por tamaño o actividad de los operadores”.
Según indican las bolsas, sólo trasladan a los compradores los gastos administrativos en que incurren por asegurar la legalidad del vendedor y asegurar el correcto cumplimiento de la transacción.
Fuentes del sector granario indicaron a El Cronista que más allá de las razones alegadas por Echegaray, la medida puede ser considerada una represalia a las bolsas, que fueron activas opositoras a la implementación de la la resolución 125 que puso en vigencia las retenciones móviles por cuatro meses.
La intención oficial sería la misma que tuvo el Gobierno cuando decidió quitarle a la Federación Agraria la potestad de entregar las cartas de porte, documento necesario para el traslado de granos.
En paralelo, desde las entidades del campo ven en la nueva atribución de la AFIP otra injerencia oficial a la comercialización de granos, que se suma a los controles que imparte la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) a través de los permisos de exportación, conocidos como ROE.
Por el servicio de sellado de los documentos, que avalaban la transparencia y seguridad de la transacción, las bolsas cobraban ingresos que, en algunos casos, sustentaban su existencia.
Según publicó la revista electrónica Punto Biz, que había anticipado la intención oficial semanas atrás, las bolsas de comercio de Santa Fe y las de cereales de Entre Ríos y Córdoba serían las más comprometidas en su continuidad, debido a la centralización oficial de las llamadas obleas que es un golpe a las finanzas de todas las entidades.
Sin embargo, en el caso de la Bolsa de Comercio de Rosario, la actividad representa la parte minoritaria de los ingresos siendo responsable, aproximadamente, de un 30% de ellos.
Reunión de emergencia
Pese a que meses atrás se había rumoreado que existía la posibilidad de que el Gobierno le quitara a las bolsas la atribución de entregar las obleas, nada previno el corto plazo de la implementación de la medida.
Cuando, sin anestesia, las autoridades de las entidades de Buenos Aires, Bahía Blanca, Santa Fe, Rosario, Córdoba y Entre Ríos recibieron llamados de alerta de allegados y colaboradores, o descubrieron por sus propios medios que el rumor ya tenía la contundencia de una resolución publicada en el Boletín Oficial, convocaron a una reunión de emergencia de la que resultó un comunicado políticamente correcto que fija una posición conjunta.
En su comunicado, las entidades repudiaron las declaraciones del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, que en conferencia de prensa el viernes indicó que el nuevo sistema de comercialización será “gratuito, transparente y seguro, destinado a mejorar y beneficiar la actividad de los productores y acopiadores”.
Por su parte, las entidades aclararon que las bolsas, “en todo momento” prestaron el servicio de oblea a los compradores “con diligencia y equilibrio, en forma gratuita y sin ejercer ningún tipo de discriminación por tamaño o actividad de los operadores”.
Según indican las bolsas, sólo trasladan a los compradores los gastos administrativos en que incurren por asegurar la legalidad del vendedor y asegurar el correcto cumplimiento de la transacción.
Fuentes del sector granario indicaron a El Cronista que más allá de las razones alegadas por Echegaray, la medida puede ser considerada una represalia a las bolsas, que fueron activas opositoras a la implementación de la la resolución 125 que puso en vigencia las retenciones móviles por cuatro meses.
La intención oficial sería la misma que tuvo el Gobierno cuando decidió quitarle a la Federación Agraria la potestad de entregar las cartas de porte, documento necesario para el traslado de granos.
En paralelo, desde las entidades del campo ven en la nueva atribución de la AFIP otra injerencia oficial a la comercialización de granos, que se suma a los controles que imparte la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) a través de los permisos de exportación, conocidos como ROE.
Fuente: El Cronista
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