sábado, 7 de agosto de 2010

LAS RETENCIONES SE PUEDEN ELIMINAR FAVORECIENDO AL CONSUMO.

El Congreso no va a prorrogarle al Ejecutivo las facultades extraordinarias, entre ellas la de fijar los derechos de exportación. La conducción oficial ha balbuceado alguna defensa, pero sabe que jurídicamente no tiene otra alternativa que aceptar el final de un ciclo. Porque en esta instancia no cabe ni siquiera el veto.

Alguien lanzó la idea de una movilización el mismo 24 de agosto, el día que se resuelve la continuidad o el fin de las facultades delegadas. Se sabe que no habrá prórroga, pero igual los chacareros desconfían y quieren recordarle a la clase política que el final de las retenciones es innegociable.

Era lógico que el Gobierno, a través de sus voceros más encumbrados, saliera al cruce de este embate. También había que imaginar que buscaría (y lograría) arrastrar a los sectores que habían resultado favorecidos por los derechos de exportación: avicultores, molineros, y hasta la industria lechera. Algunos sugirieron que recibieron presiones para salir a defender el sistema.

Con el cuento de la mesa de los argentinos, lo que se hizo fue bajar el costo de producción (vía derechos de exportación) de sectores exportadores. Mientras tanto los precios del producto final (el pollo, el cerdo, el pan o las medialunas) son fijados por el mercado y la verdadera consecuencia fue la ampliación de los márgenes industriales y comerciales.

La política de "desacople", que intentaba desligar los precios internos de los externos utilizando la herramienta de los derechos de exportación, fracasó rotundamente.

El rubro más castigado fue el de la carne vacuna. La consecuencia fue la caída de la producción, de los stocks de vientres (la fábrica) y la estampida de los precios, que alcanzaron un récord histórico irreversible.

Estos altos precios de la carne en góndola impulsaron el alza del novillo. Y en consecuencia subieron todos los sustitutos: carne aviar, porcina, y los demás alimentos. La pregunta es por qué hay que deprimir drásticamente, el precio del maíz (derechos del 20%) y de la harina de soja (32%), insumos básicos de la producción de pollos, cuando la carne aviar subió "a la par" con la carne vacuna.

LOS CHILENOS Y BRASILEÑOS DESMIENTEN LA HISTORIA OFICIAL

La otra pregunta es cómo hacen los brasileños, o mejor los chilenos, para exportar carne aviar a todo el mundo. Los chilenos no producen ni maíz ni soja. Los compran en Argentina, a precio lleno, sin retenciones. Pagan el flete, que implica cruzar la cordillera en camión o desde los puertos argentinos hasta el puerto trasandino de Concepción, y de allí a los criaderos. Así y todo, pueden abastecer a la población y exportar mucho más que las empresas argentinas.

Esto desbarata la teoría de que las retenciones estimulan la agregación de valor. Lo que hacen es destruir las ventajas competitivas genuinas.

La única consecuenciade la eliminación de las retenciones sería bajar la recaudación fiscal, es decir el perjudicado directo sería el Estado y los beneficiados directos serían las Provincias ya que se aumentaría la recaudación de IVA y Ganancias, recursos que son coparticipables. Además los productores recibirían más ingresos y volverían a invertir en Construcción y maquinarias reactivando las ciudades del interior. Sería la vuelta a la recuperación económica y la disminución del desempleo.

CPN. MONJO FERNANDO

Fuente: Una defensa falaz de las retenciones.


 

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