Las más de 40 entidades representativas que integramos el Foro de la Cadena Agroindustrial Argentina, conformamos una alianza estratégica de productores, de proveedores de insumos y equipos, de la industria alimentaria, de comercializadores de granos y de carnes, del transporte y demás servicios, y de exportadores.
En conjunto, estudios recientes señalan que generamos más de un tercio de todos los empleos del país, casi la mitad del valor agregado de la producción de bienes y más del 50% de las exportaciones argentinas. Por otra parte somos, sin dudas, uno de los sectores más avanzados, tanto en el uso de tecnología, como en el concepto empresarial moderno de trabajo en redes, que nos vuelve marcadamente competitivos a nivel mundial. Asimismo, nos enorgullecemos de ser parte de un sector amplio y solidario, tanto en sus conductas generales como a través de múltiples programas específicos.
Nuestra visión siempre ha sido que un sector agroindustrial plenamente desarrollado es la clave para lograr el progreso de todos los argentinos. El potencial productivo de las actividades que integran este Foro, nos confirma que la cadena agroindustrial está en condiciones de satisfacer plenamente las necesidades del mercado doméstico y aprovechar, al mismo tiempo, la creciente demanda de alimentos a nivel mundial, siempre que se dé un contexto razonable dentro del cual trabajar; un contexto previsible que permita pensar en el futuro y actuar a largo plazo.
Con motivo de la celebración de este encuentro anual, los integrantes del Foro de la Cadena Agroindustrial, hacen pública su posición en relación con la situación general del sector.
Han transcurrido ya casi seis meses desde que, muy a su pesar, los productores se vieron forzados a dejar lo que más aman y mejor saben hacer que es producir para salir a la calle a reclamar que no se concretara un aumento en los derechos de exportación que, tal como estaban diseñados, hubieran constituido un despojo establecido, para colmo, por medios manifiestamente inconstitucionales.
Tal reclamo, fue un verdadero clamor al que se sumaron amplios sectores de la sociedad, sin banderías políticas ni intereses particulares. Se trató de un reconocimiento a lo que se percibe como el gran pilar de la economía nacional, el campo y las cadenas vinculadas y un repudio a un estilo en la toma de decisiones, que ignora la opinión de quienes habrán de ser afectados por las mismas.
Todos sabemos como se resolvió el diferendo. En su límite más tenso, triunfó la institucionalidad.
Pero también creímos, quienes compartimos la cruzada, que habían triunfado la sensatez y el llamado a la reflexión y a la actitud conciliadora entre el gobierno nacional y los integrantes de los sectores productivos de nuestra cadena.
Desgraciadamente, nada de ello ha ocurrido. La situación hoy es, para el sector, mucho más grave de lo que era al tiempo de desatarse el conflicto.
Desde luego que la crisis internacional ha sido un componente sustancial en la emergencia, pero quienes la sufren dentro de la cadena, vienen soportando, desde el mismo momento del voto “no positivo”, una actitud francamente hostil y discriminatoria, como si se tratara de una sanción por la osadía de haber defendido lo que era justo.
Poco podemos hacer para modificar el escenario internacional, pero estamos seguros de que afectaría menos si se encontrara el apoyo, la participación y la comprensión del gobierno que es de todos los argentinos. También queremos que sea el nuestro.
Los productores rurales no son una oligarquía rentística, artificialmente enriquecida al calor de las necesidades alimentarias de sus compatriotas.
Son los que invierten todos los años, con elevado riesgo, miles de millones de dólares en suelo argentino, movilizando a los servicios, la maquinaría, a los proveedores de insumos, y la industria agroalimentaria que permitió, entre otras cosas, sobrellevar y superar la crisis de principios del siglo que, sin el aporte del agro, podría haber derivado en un conflicto de magnitud inestimable.
Reclamamos que el gobierno entienda que la agroindustria, como lo ha hecho la población, a la que no nos cansaremos de agradecerle por su acompañamiento incondicional, que somos la actividad económica más importante y movilizadora, no solamente desde el punto de vista económico sino hasta desde un enfoque cultural, basado en la defensa de un estilo de vida consustanciado con el interior más profundo, por el amor por la tierra y por el trabajo multiplicador y esforzado, cuyos frutos se vuelcan cada año al nuevo desafío de producir.
Nunca hemos pedido subsidios ni apoyos especiales, sólo reclamamos un sistema de reglas de juego justas, estables y no discriminatorias, dictadas por autoridades constitucionalmente facultadas para ello.
Peticionamos, con el derecho que nos da la Constitución, que se respete la facultad de ejercer industrias lícitas sin que para participar del negocio agrícola se requiera de una matrícula autorizante, o que para exportar o importar se necesite de una autorización especial.
No podemos aceptar que se establezca un régimen de sanciones que viola el principio, también constitucional, de garantía de defensa y de que no puede existir pena sin ley previa, emanada de autoridad competente.
La suerte de la exportaciones más importantes del país no puede estar atada al arbitrio de funcionarios que se arrogan facultades excepcionales reservadas, en muchos de los casos, a la propia Constitución, y deciden, por sí y ante sí, quién puede producir, vender, comprar, almacenar, exportar o ejercer cualquier actividad en el sector.
Con reglas claras, razonables, estables y no discriminatorias, quienes integramos este Foro estamos convencidos que la agroindustria puede crecer exponencialmente en los próximos años y entendemos que urge corregir el rumbo, más aún con el momento histórico que estamos viviendo. Argentina está en condiciones de renacer como una gran potencia alimentaria y agroindustrial.
Esperamos ser escuchados por las autoridades porque quienes formamos parte de los sectores nucleados en este Foro, palpamos a diario el sentimiento de los hombres y mujeres que constituyen la más amplia base del agro y sus cadenas vinculadas.
Por ello el Foro de la Cadena Agroindustrial Argentina sostiene, con fundamentos, que sólo saldremos de esta instancia comprometedora que se cierne sobre nuestro sector, a través del diálogo abierto y franco entre los ámbitos públicos y privados, destinado a enriquecer las políticas públicas, única alternativa capaz de construir consensos que transformen los conflictos en soluciones productivas y duraderas...
Sin más, desde Proyecto Litoral nos despedimos hasta la próxima.
CPN. MONJO FERNANDO
Área Financiera
Proyecto Litoral
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Proyecto Litoral
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